Entre robledales, en el Valle de Baliera, junto al barranco de Riu, se asienta esta población entre diseminados. La arquitectura popular destaca entre los parajes dedicados de forma tradicional a la ganadería y bajo la sombra de la Sierra de Sis. Sobresale la parroquia de San Martín, bella construcción del siglo XII que conserva todo el carácter medieval del pleno románico.